Explorando mi camino

El pasado 29 de octubre quise experimentar una nueva aventura, por primera vez iba a visitar el Parque Nacional Volcán Poás. Mis expectativas no eran muy altas, solo quería disfrutar del viaje y de la buena compañía. Estando en el lugar pude observar el cráter principal, apenas a tiempo ya que todo se empezaría a nublar. Queríamos seguirlo viendo pero debido al clima decidimos ir a ver la laguna Botos, que se encuentra ahí mismo en el Parque; poco iba a saber yo que el llegar hasta ese lugar me iba a hacer reflexionar sobre el camino que he ido recorriendo durante este 2022.

Todo empezó con unos pequeños pasos en donde me iba sintiendo cómoda con mi condición física, el camino se sentía seguro y parecía que el recorrido iba a seguir siendo fácil; tal cual lo fueron los primeros 4 meses del año, en donde todo iba mejorando mes a mes tanto a nivel laboral como personal.

Conforme avanzábamos los latidos se aceleraban cada vez más, la respiración era más agitada y parecía que no podría seguir caminando, sumándole el hecho de que la neblina nos acechaba, por tanto la vista ya no era tan clara y había una mosca que nos molestaba con su ruido. Todo eso me hizo recordar los siguientes 4 meses, aquello que construí al principio veía como poco a poco se desmoronaba, mi vida se veía nublada y me hacía cuestionarme si debía continuar con ello; el ruido de la mosca se asemejaba a las ideas negativas que rodeaban mi cabeza y por más que lo intentara esa molestia no se iba.

Seguimos explorando el camino, tuvimos que subir algunos escalones, observamos la belleza que nos rodeaba y continuamos porque sabíamos que al final de ese largo camino nos esperaba una naturaleza hermosa y que si bien se puede llegar solo hasta el final, en compañía lo hace mucho más fácil. 

    Por fin esa mosca se alejaba y surgieron los pensamientos positivos, la esperanza y la fé de que nuevamente mi camino sería bueno. Nuevamente hacía actividades que me gustaban, varias personas me hicieron ver que estaba haciendo bien las cosas y que seguirán extendiendo su mano para apoyarme y hacerme mejorar. Solamente debía apegarme a la idea de que al final encontraré lo que tanto he buscado y entender que el camino no sería fácil, pero al subir cada escalón me acercaría más a él. 

Quién iba a decir que lo que empezó como un paseo se convertiría en una conexión de espíritu, cuerpo y alma.


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Felices 25!